Reducir la dependencia de los combustibles fósiles
La mayor parte de la electricidad de la ciudad de Nueva York se genera mediante la quema de combustibles fósiles, lo que representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de la ciudad. Para fines de 2021, esperamos que nuestra red eléctrica local sea aproximadamente 85% alimentada por combustibles fósiles. Esto contrasta mucho con la red del norte del estado, donde las fuentes limpias constituyen 91% del suministro eléctrico. Actualmente, no hay suficientes líneas de transmisión para llevar esta energía limpia a la ciudad de Nueva York.
Como resultado, solo alrededor de la mitad de la electricidad de la ciudad de Nueva York proviene de fuera de la ciudad; el resto debe ser producido dentro de los cinco municipios. NYC depende de 24 plantas de energía en la ciudad que funcionan con gas natural y/o fuel oil. La mayoría de estas plantas se construyeron hace décadas y las 70% tienen más de 50 años. Además de liberar GEI que contribuyen al cambio climático, estas plantas liberan contaminantes del aire que causan problemas de calidad del aire y de salud en las comunidades de la ciudad de Nueva York. Una de las principales prioridades para nuestra transición de energía limpia es reemplazar estas plantas con recursos de energía renovable de una manera que sea confiable y asequible.
Para cumplir con nuestros objetivos climáticos, también debemos reducir colectivamente la cantidad de energía que usamos en nuestros hogares y negocios mediante la modernización de nuestros edificios. Invertir en eficiencia energética donde vivimos y trabajamos también puede hacer que los espacios interiores sean más cómodos y mejorar la calidad del aire local. La Ley Local 97 de 2019, piedra angular de la Ley de Movilización Climática, requiere que los edificios de más de 25,000 pies cuadrados cumplan con los estrictos límites de emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2024. Estos límites disminuyen con el tiempo para mantener el sector de la construcción de la ciudad encaminado para cumplir con nuestros objetivos de reducción de carbono. Los edificios pueden reducir su uso de energía y, al mismo tiempo, su huella de GEI al modernizar los sistemas de calefacción y refrigeración, cambiar a iluminación LED e instalar electrodomésticos eficientes. Obtenga más información sobre los esfuerzos de la ciudad de Nueva York para modernizar los sistemas de energía de nuestros edificios a través de la Programa acelerador de la ciudad de Nueva York.
En el futuro, incluso con medidas agresivas de eficiencia energética, la demanda de electricidad aún puede aumentar a medida que las personas cambien a vehículos eléctricos y reemplacen los sistemas de calefacción anticuados con bombas de calor eléctricas. Por lo tanto, una red limpia y resistente se volverá aún más central en nuestro camino hacia la neutralidad de carbono y una ciudad más saludable.